
Es una novela que genera mucha intriga, que envuelve al lector en la mente intrincada, enroscada y confusa del protagonista, lo que por momentos y a mi entender, resulta irritante. La historia, y por sobre todo su desenlace, bordea constantemente el absurdo, la intolerancia y la enfermedad.
De una narrativa excelente, es un libro que cautiva y prácticamente se lee solo. Su título y la metáfora que Sabato elabora a partir de él es de las perlas más rescatables de esta obra, el túnel como sinónimo de sufrimiento, aislamiento y depresión, del cual Castel únicamente creyó poder salir a través de una muerte. Genera tantas sensaciones que por ello lo creo recomendable, es un libro que tiene vida, y ya sea que agrade o no, no pasa desapercibido. Una muestra del amor enfermo, compulsivo, obsesivo y un ejemplo de que amar, amar y querer bien, está lejos de poseer y controlar en cuerpo y mente al ser amado.
No me encantó en un 100%, pero me valió la pena su lectura, un autor del que sin dudas quiero leer mucho más. Los invito a conocer la enredada mente de Juan Pablo Castel y a sacar sus propias conclusiones.